La música ya paró
Lo que les pasa, es que han perdido, han perdido y lo saben, por eso intentan crear una situación que les haga parecer vencedores. Lo saben. Por eso atacan con tanta saña, y espera en Catalunya. Es como si estuviéramos en el juego de las sillas, todos los que han querido se han movido, ellos no han querido moverse, por lo menos no en la dirección correcta para solucionar el conflicto, sino en la contraria, para perpetuarlo. Por eso, como en el juego, ellos, se han quedado de pie, ETA está sentada en la última silla, y la música, hace tiempo que ha parado. Y ellos, hay siguen, sin moverse del sitio, como el perro que espera al amo que jamás volverá, de pie, con la mirada fija en un punto, fuera de juego, porque el juego ya terminó, la música…paró. El que no se mueve no puede impedir que quien se mueve avance, por mucho que, en una forzosa parálisis política, él se niegue a avanzar. Han sido derrotados, sinó porque intentan aparecer como vencedores cuando ETA sigue ahI? Cuando no han podido vencerla, no han conseguido que se disuelva, y no pueden con ella. El cese de la lucha armada y el reciclaje del enfrentamiento armado en enfrentamiento político, democrático y pacífico, cambio estratégico que el oxidado estado es incapaz de asimilar, ha sido lo que, descolocando al estado en el paralisis, ha precipitado su derrota. Y ellos lo saben, por eso aprietan, por eso se resisten, por eso patalean y con Cataluña están igual, y también lo saben.
Lo que nos falta, pienso, es que nosotros asumamos que han sido derrotados, derrotados no militarmente, sino estratégicamente. La prueba de ello es la situación actual. Ahora, que ha cambiado el escenario drástica y dinamicamente, el estado, estático, busca prolongar el escenario del pasado, pero, por mucho que se empeñen, ya es pasado, no existe. La música paró. ETA ha abandonado la lucha armada, y éllos se resisten a la confrontación exclusivamente política, pacífica y democrática. Pues carecen de argumentos políticos, pacíficos y democráticos con los que ni siquiera poder afrontar dicha confrontación. Como en Catalunya. Están perdidos, sin margen de movimiento. Por eso, no debemos obcecarnos con la oscuridad que intentan imponer con sus zarpazos represivos, que buscan nuestro retroceso, nuestro condicionamiento, nuestra desaparición; y hemos de centrarnos en la luz que generamos, tras el apagón de las armas. En la búsqueda de la solución, abriendo nuestros propios caminos, por encima de sus amenazas, por encima de todas sus zarzas. Y sobre todo, asumiendo, que como la pareja que abandona, ha ganado la partida a la pareja abandonada, pues es quien con su iniciativa ha superado a la otra parte. Quien abandona el juego, ha superado a quien no quiere parar de jugar. Quien deja de matar, ha superado a quien desea poder seguir haciéndolo, amparándose en el tan cacareado monopolio de la violencia. Por eso, tenemos que asumir, que aunque todavía nadie ha vencido materialmente, ellos ya han perdido, han perdido, han perdido hasta metafísicamente. Lo cual debemos asumir, y empezar a funcionar en consecuencia. Tanto en Euskal Herria como en Catalunya. Su planteamiento, el de mantenernos sometidos, no tiene futuro, es un árbol seco, el nuestro, sin embargo, el de recuperar nuestra soberanía, la independencia, es una realidad con gran futuro, una semilla, Una pequeña semilla, ante un arbol grande y seco, pero quien sabe en que aserradero van a aprovechar ese arbol muerto, y quién sabe que frutos dará el arbol que crezca de esta semilla. Es ley de vida. Es lo que hay que asumir, que el río, jamás fluirá del mar hacia el manantial, hacia su nacedero. Nadie transita desde la muerte a la concepción, el camino es en la otra dirección, del manantial al mar, de la vida a la muerte, del presente al futuro, y el futuro, termina siendo pasado. Porque, mañana, hoy, será ayer. Tenemos que creérnoslo, ESTÁN PERDIDOS. Querían un escenario con vencedores y vencidos, y han obtenido un escenario de vencedores vencidos.
Si no aprovechamos la situación, podría significar que el verdadero problema lo tenemos en casa, con aquellos del lugar, que prefieren estar cómodos en España, con derecho a decidir descafeinado, Planes comodín y Estatus freno de última hora, a "aventuras" independentistas.
Y la música hace dos años que paró.
Joseba Leizeaga (Irudigilea)